domingo, 26 de octubre de 2008

Ideología Política (Samuel Phillips Huntington)

Cuando se habla de ideología política, habitualmente se entiende como un conjunto de ideas, sentimientos y tradiciones que imprimen carácter a una sociedad. (Arnoletto, 2007) Para situar un determinado autor dentro de una ideología en especial, es necesario analizar sus preferencias y argumentos, por ejemplo, sobre temas como la democracia, el protagonismo del Estado, el mercado, los servicios, etcétera. Es importante mencionar que la ideología no consiste en delimitar tajantemente a un autor dentro de la derecha, izquierda, liberalismo, conservadurismo o socialismo, pues en la actualidad estas tendencias se combinan. Este es el caso de Huntington, que dentro de la corriente de derecha armoniza dos ejes de pensamiento, por lo que se parte del supuesto que el autor mencionado pertenece a la ideología liberal-conservador, ya que combina ciertos criterios liberales con medidas conservadoras. Así mismo, la teoría con la que mejor encaja el autor es con la objetivo consensualista.

Inicialmente, se tratará de conceptualizar la palabra ideología, pero desde un punto de vista sociológico. Arnoletto (2007) parte de la constatación de que los hombres no pueden vivir en sociedad sin disponer de un sistema de representaciones que los vincule entre sí, pese a tener diferencias ocasionales o parciales. El autor hace una especie de problematización, al utilizar en su exposición ciertas ideas de Marx. La primera teoría de Marx que se utiliza, plantea la ideología como un sistema de representaciones, característico de las sociedades alineadas, es decir, de las sociedades divididas en clases. La ideología acá es un conjunto de ideas impuestas a la sociedad para defender los intereses de las clases dominantes, volviéndola una “falsa conciencia” que encubre relaciones fácticas de poder. Su principal objetivo es la justificación de las relaciones de dominación existentes. La segunda teoría utilizada, se refiere a la ideología como las formas de conciencia social que dan a la sociedad y al individuo una identidad y contribuyen a explicar las relaciones sociales y a organizar su modo de existir. Marx llamó a este tipo de ideología “de madurez”, siendo un nivel constitutivo de la sociedad. (Arnoletto, 2007)

Esto es importante, considerando que la ideología liberal conservador contiene o desarrolla una combinación de ambas, al menos si se toma en cuenta las tendencias de cada una. En lo que se refiere al liberalismo, (también llamado progresista) sus principales corrientes van desde limitar lo más posible el poder coactivo del Estado sobre la sociedad; se defiende la economía de mercado (“sistema capitalista” o de “libre empresa”); la libertad de comercio; la libre circulación de personas; sistema monetario rígido (para evitar su manipulación desde el sector gubernamental); Estado de Derecho; defensa de las minorías; la utilización de métodos democráticos para la elección de gobernantes; y en síntesis, el establecimiento de un orden mundial basado en la paz y en el libre comercio. (Huerta de Soto, 2008)

Por su parte, la ideología conservadora pone principal énfasis en la preservación de valores. El conservadurismo, como es llamado usualmente, no pone en duda o niega el cambio, pero si considera que éste debe ser lento y demostrado por experiencias anteriores, que es necesario y viable. Un aspecto importante sobre el conservadurismo, es que intenta asegurar una sobre representación política a la propiedad, así como su consideración sobre la naturaleza humana como inmodificable por la acción política, última que tampoco contiene una acción totalmente liberadora. En ese sentido, el conservadurismo puede ser considerado como el concepto opuesto a progresismo. El conservadurismo es el pilar sobre el que se asienta la denominación política de la derecha. Sus principales corrientes van desde la defensa de los valores tradicionales y de la cultura; la afirmación del orden; la protección de la estratificación social; el reconocimiento de la relación entre propiedad privada y libertad; y la importancia concedida a la religión dominante. (Arnoletto, Glosario de Conceptos Políticos, 2007)

Las ideologías antes expuestas se manifiestan en los distintos argumentos que Huntington desarrolla, por ejemplo, si se toma la “teoría de la modernización”, la cual se basa en el orden político como finalidad de la sociedad, conteniendo las posibles crisis e inestabilidad a través de regímenes autoritarios. (Bouza-Brey, 1997) Claramente estas afirmaciones se relacionan directamente con la ideología conservadora, si se toma en cuenta que el conservadurismo apuesta por la preservación del orden. No obstante, la “modernización” de la que Huntington habla se realiza bajo las coordenadas del desarrollo político y económico; y la participación política (movilización de grupos sociales dentro de la política), siendo su principal desafío la transformación de las estructuras políticas y económicas. (Lindenberg, 1972) Lo anterior, se puede vincular con la corriente liberal o progresista, pues ésta proclama la liberalización económica y el cambio; y la participación política de las minorías.

Otro ejemplo lo constituyen las diversas ideas que Huntington expone en su libro “El Choque de Civilizaciones”, en el que básicamente divide al mundo en los países occidentales y los no occidentales. En este sentido, defiende al sistema capitalista occidental (argumento liberal) en contraposición a “los demás”, aunque a su vez afirma que solamente a través de la preservación de la cultura occidental (argumento conservador), en específico, Estados Unidos, podrá hacer frente al levantamiento de las otras culturas emergentes (China e Islam).

Así pues, Huntington mantiene dentro de sus discursos y teorías argumentos liberales-conservadores, que en lugar de ser dispares, se desarrolla una visión combinada, al mismo tiempo que concuerdan con las teorías consensualistas, cuyos principios descansan en la fijación del orden y la armonía social, siendo éstos los principales rasgos que garantizan la continuidad de la sociedad a través del tiempo. Sobre esto, se podría decir que el pensamiento de Huntington deja ver ciertas características del neofuncionalismo, que forma parte de la corriente objetivo-consensualista, ya que en esencia el neofuncionalismo retoma de manera más amplia temas como el orden, el equilibrio y los sistemas de personalidad, cultural y social. Lo anterior, tiene coherencia, si se analiza la idea central de las teorías consesualistas y las de la ideología liberal-conservador, de las cuales se podría afirmar tienen el mismo objetivo: la preservación del orden social.

Si bien Huntington tiene criterios muy elaborados, tiene ciertas ideas que pueden quedar en tela de juicio, ya que el establecimiento y preservación del orden y otros aspectos que el autor afirma, dependen del contexto histórico y actual de las diversas sociedades y culturas, pues un precepto que ha sido funcional en algunas sociedades, no necesariamente lo será en otras. Existen diversas críticas, tanto sobre la ideología liberal y la conservadora, aunque la combinación de éstas radica en un pensamiento liberal en cuanto al aspecto económico y un pensamiento conservador, en cuando al orden social y los valores tradicionales. Lo esencial sería no caer en las ideologías extremistas o en las contradicciones de tendencias.

Bibliografía
• Arnoletto, E. J. (2007). Glosario de Conceptos Políticos. Eumednet. Texto complemto en: http://www.eumed.net/dices/listado.php?dic=3.
• Arnoletto, E. J. (2007). Introducción. En Curso de Teoría Política . Edición electrónica gratuita. Texto completo en www.eumed.net/libros/2007b/300/.
• Bouza-Brey, L. (02 de Septiembre de 1997). Huntington y la Teoría del Conflicto de Civilizaciones, Un Esquema Teórico de Interpretaciones de las Relaciones Internacionales. Recuperado el 04 de Octubre de 2008, de http://personal1.iddeo.es/lbouza/civiliz.htm
• Huerta de Soto, J. (2008). Liberalismo.org. Recuperado el 22 de Octubre de 2008, de http://www.liberalismo.org/articulo/306/13/liberalismo/
• Lindenberg, K. (1972). Revista de algunos libros sobre teoría del desarrollo político y socioeconómico publicados últimamente. Nueva Sociedad (01), 69 - 72.

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Huntington y las Migraciones


Huntington como un fiel sucesor de la ideología política conservadora en la sociedad estadounidense, está en contra de todo cambio que implique poner en peligro el orden social, esencialmente cuando se trata de “compartir” el territorio con una cultura “enemiga”. Por los argumentos presentados en su libro “El Choque de Civilizaciones”, se puede partir de la hipótesis que la construcción de un estereotipo cultural provoca la criminalización de los migrantes, y por consiguiente éstos son vistos como una amenaza a la seguridad nacional.

Inicialmente se tratara de definir el fenómeno migratorio, entendiendo que las migraciones internacionales han cambiado de manera significativa con el paso del tiempo, principalmente en años recientes. Según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), el fenómeno de la migración se debe entender como el movimiento de una persona o grupo de personas de una unidad geográfica a otra a través de fronteras administrativas o políticas, que desean establecerse definitiva o temporalmente, en un lugar distinto a su lugar de origen. ((OIM), 2008)

Como menciona dicha institución, estos flujos migratorios han tenido gran influencia en los cambios sociales, económicos y culturales, ya que la migración ha estado presente en la mayoría de los grandes momentos históricos del mundo.

Estos movimientos humanos no solamente causan cambios como los anteriormente mencionados, sino también estos grupos se convierten en una población vulnerable, empezando por la posición en los que se encuentran sus derechos humanos, principalmente desde los estándares esenciales de estabilidad política y desarrollo social y económico. (Grant, 2005).

La situación de los migrantes, se agrava aún más cuando pensantes como Huntington empiezan a enunciar identidades, que tratan de establecer lo que separa a unos de otros, es decir, lo que diferencia una cultura de otra. La identidad se define siempre en un campo estratégico donde lo que importa son las fronteras. (Escalante Gonzalbo, 2006)

Escalante (2006) argumenta que la principal preocupación que Huntington manifiesta es la decadencia de la cultura estadounidense e incluso la pérdida de su identidad. Es por esta razón que Huntington identifica como una amenaza a la migración, en especial hispana e islámica, ya que estos individuos ponen en riesgo los valores estadounidenses tradicionales, ya sea por su integración a la sociedad o por la forzada convivencia que de ello se produce.

La amenaza que Huntington identifica es en gran manera influenciada por el auge y reivindicación que las diferentes culturas han tenido en los últimos tiempos. A Huntington se le podría calificar de etnocentrista, si se toma en cuenta la manera en la que defiende a la supuesta identidad estadounidense, que a final de cuentas está basada en el colonialismo británico, superponiéndose al multiculturalismo que defiende a los pequeños y diversos grupos étnicos.

La protección de la identidad estadounidense se ha traducido en la criminalización de los migrantes, en el sentido que a través de la manipulación de estereotipos, se discrimina y se predetermina la imagen de ciertos grupos culturales. Es por ello que la hipótesis planteada se afirma, si se observan los hechos recientes en donde el tratamiento a los migrantes, es decir, las políticas migratorias se determinan o vislumbran a la luz del tema de seguridad nacional, tratando a los migrantes como criminales o terroristas. Esto desemboca en las deportaciones masivas, en la negación del ingreso a los países, en violaciones a los derechos humanos de los migrantes, y en el peor de los casos, en la muerte.

Toda esta fortificación cultural se ha manifestado es a través de las fronteras y su protección. Un claro ejemplo es el de Estados Unidos, que ha mandado a construir un muro en su frontera sur y la casi militarización de la misma.

En conclusión, para Huntington la identidad estadounidense está íntimamente vinculada con la supremacía de la cultura occidental y todo lo que ello implica. Sin embargo, vale la pena resaltar que estigmatizar a ciertos grupos culturales es un rasgo de culturas atrasadas y poco civilizadas, supuestos que van en contra de la “democracia estadounidense”. En suma, si se desea una orden mundial pacífico y armonioso, la tolerancia es uno de los pilares en donde éste debe descansar, pues el tiempo de la Guerra Fría terminó y con él el mundo dividido en bloques.

Bibliografía

• (OIM), O. I. (2008). Fundamentos de Gestión Migratoria. Recuperado el 26 de Agosto de 2008, de Organización Internacional para las Migraciones, La Agencia para las Migraciones: http://www.iom.int/jahia/Jahia/lang/es/pid/240
• Escalante Gonzalbo, F. (2006). Cultura Latina en Estados Unidos, El Enemigo en Casa. Nueva Sociedad (201), 46-60.
• Grant, S. (2005). Migración Internacional y Derechos Humanos. Comisión Mundial sobre las Migraciones Internacionales.

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